Viaja a la Prehistoria con Cantabria y sus cuevas

Cuevas Cantabria

“¡Ábrete, Sésamo!”, gritó Ali Babá. La gran roca se abrió y ante sus ojos se presentó una cueva llena de oro y joyas de gran valor.

Ya sea con un gran mapa o con GPS, cuevas de este tipo no encontraremos salvo en los cuentos. Sin embargo, puede que no seamos conscientes de las valiosas cavernas que dispone nuestro país con más valor que cualquier diamante.

Concretamente, hablamos de Cantabria: decenas de cuevas de arte rupestre que se mantienen hasta hoy desde el Paleolítico. Un tesoro para la comarca que, en algunos casos, ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Con más de 30.000 años de antigüedad, en muchas de ellas todavía encontramos las pinturas que se realizaban en la prehistoria. Pinturas que se han conservado porque están inmersas en la tierra, aisladas de la lluvia, el sol y el viento.

Los nómadas dibujaban en las paredes los animales típicos de la época como mamuts, leones primitivos u osos cavernarios. Aprovechaban los salientes y hendiduras de la pared para dar relieve a sus pinturas e, incluso, pintaban unos encima de otros para dar la sensación de manada en movimiento.

Como gran ejemplo, encontramos una de las joyas de la corona: las cuevas de Altamira. Calificada por algunos como la ‘Capilla Sextina’ del arte rupestre está situada en el municipio de Santillana del Mar. Fue descubierta en 1868 por un cazador cuando su perro quedó atrapado, pero no dio más importancia. Fue en 1876 cuando Marcelino Sáenz de Sautuola, aficionado a la paleontología, descubrió las pinturas. Más concretamente su hija cuando le dijo: “Mira papá, ¡bueyes!”. Una eminencia del arte que hoy sólo pueden disfrutar 35 personas al día y por tiempo limitado, con el objetivo de conservarla y no verse deteriorada por el turismo.

Cuevas de AltamiraEl pendo. Foto turismodecantabria.com

Pero no es la única. Dentro de la agrupación Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España, término que acuñaron 18 cuevas en 2008, se encuentra El Pendo. Presume de una de las mejores colecciones prehistóricas, entre cuyos objetos se encuentra  el famoso bastón de mando.

Dentro del mismo grupo, está la cueva de Hornos de la Peña. Lo representativo de la misma, es que sólo cuenta con grabados, uno de los conjuntos más completos de la región cantábrica. Destaca un caballo grabado en el exterior por su gran antigüedad y por ser uno de los pocos grabados exteriores que aún se conservan en la cornisa. Un estrecho corredor nos adentra a otro tiempo donde a parte de representaciones de caballos, cabras, uros y bisones, llama la atención una figura humana, desnuda y con los brazos en alto.

Y por último, entre los municipios de Valdáliga y Rionansa se encuentra El Soplao, donde no hay pinturas rupestres pero la calidad y cantidad de las formaciones geológicas (espeleotemas) que alberga, la convierte en única a nivel mundial. Su formación data de la etapa del Mesozoico y está abierta al pública desde 2005.

 Cuevas Cantabria

Foto: elsoplao.es

Estas cuatro cuevas son sólo un ejemplo representativo de la colección sobresaliente de Cantabria. Podríamos empezar y no acabar citando todas las espectaculares cavidades con las que cuenta: Cullavera, Fuente del Salín, Chufín, del Porquerizo, Las Aguas, Sovilla, La Meaza, monte Castillo, La Estación, los Marranos…

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